Siempre aprendemos algo cuando se habla con otras personas, y mucho más, cuando la tenemos como alguien de confianza. De ahí, que en una charla no hace mucho tiempo con alguien de mi mayor confianza, sacamos algo en claro: Nosotras elegimos dónde ponemos el foco.
Y es aquí dónde reflexioné y, tras el último tweet que publiqué remarcando lo negativo del ser humano, voy a optar por intentar alumbrar todo desde un prisma positivo.
La actualidad me da la oportunidad de referirme a estas heroínas que se enfrentan a la mayor inmundicia, y salen de ella para vivir otro día.
Personas que atraviesan infierno tras infierno en países sin alma ni el menor atisbo de humanidad, junto a otras que no lo contarán, y siguen mirando hacia delante con esperanza.
Siguen teniendo claro su objetivo, por más que las engañen, secuestran y agreden. Y esto lo hacen otras personas que están igual o peor que ellas, pero por el poco dinero que podrán robarles, no dudan en hacerlo.
Por más muros o vallas que se encuentren en el camino hacia su libertad, siguen hacia delante.
(No entraré a valorar en esta publicación sobre fronteras, ya que esto da para otra en exclusiva)
Y por fin lo alcanzan. Tras hambre, sed, frío y calor extremos, entre otras inclemencias, llegan a su destino. Ese lugar que le han contado y que imaginan que será su salvación, pero no.
Personas que realmente no sabemos, decidimos que son inferiores. Optamos por señalarlos como un problema y apartarlas. Somos unas iluminadas.
Cualquier emigrante que pone en juego su bien más preciado, su vida, ha tenido, tiene y tendrá mi respeto y admiración. Y creo que es momento de que recapacitemos como sociedad, y no nos dejemos influenciar por los que están bien posicionados y tienen miedo de perder su trono, sino que nos contagiemos de la fuerza, esperanza y afán de superación de todas esas que cruzan fronteras para poder optar a una vida.
En su mayoría, serán muy agradecidas ante lo mínimo que le demos. Se sorprenderán de lo que para nosotras es cotidiano y no tiene valor. Y esto es algo fantástico.
Nos enseñaran que la vida es mucho más que lo que nosotras, la sociedad desarrollada, pensamos y aspiramos.
Por desgracia, dado el mundo en que habitamos, el emigrante, aunque nos cueste creerlo, es una enseñanza elemental que estamos desaprovechando.
Sencillo, comprometido y de espíritu aventurero. Scout. Veo en la naturaleza el mayor remanso de paz existente, que hay que respetar y proteger. Aficionado a las manualidades y el bricolaje, con alma de deportista, intento superarme día a día y estar en continuo aprendizaje.